REACTIVIDAD ESTÍMULO-RESPUESTA
PROACTIVIDAD ESTÍMULO-ESPACIO PARA ELEGIR-RESPUESTA
Con la Proactividad asumimos la responsabilidad al marcar el rumbo hacia el que nos queremos dirigir, nos quedamos sin excusas, y debemos asumir las consecuencias de nuestros actos. Como contrapartida a esa responsabilidad, nos dirigiremos a dónde queramos.
Gracias a la Proactividad también somos capaces de decidir lo que nos afecta o nos hiere, ya que lo que nos hiere no es la acción recibida, sino nuestra reacción a esa acción. Las cosas o las personas pueden herirnos físicamente, y producirnos dolor físico, pero la manera en que nos afecta ese dolor es cosa nuestra.
Tomar la iniciativa
Muchas personas reactivas esperan siempre a que algo suceda, esperan que aparezca alguien y resuelva sus problemas, esperan que les toque la lotería y todos sus problemas se evaporen; y lo esperan toda la vida, aun sabiendo que eso no sucederá.
Hay otras personas que se mueven, que trabajan para resolver los problemas, que buscan que las cosas sucedan, que buscan alcanzar sus objetivos. A esas personas también les salen mal cosas, pero se centran en los buenos resultados y aprenden de los errores, en lugar de centrarse en los errores y buscar excusas para justificarlos. Son personas capaces de asumir sus propios errores.

Proactividad y reactividad en las personas eficientes en la clínica dental. Cómo solucionar problemas
Círculo de Influencia vs Círculo de Preocupación
Todos tenemos dos círculos, uno grande en el que ponemos todas nuestras preocupaciones, y otro más pequeño dentro del primero, que engloba aquellas preocupaciones sobre las que podemos influir.
Lo que está fuera del círculo de influencia nos afecta, pero no tenemos ningún control sobre ello. Un ejemplo son las condiciones meteorológicas o la situación del tráfico.
Las personas proactivas se centran en su círculo de influencia, y ejercen planes para cambiar las preocupaciones que están a su alcance, descartando y asumiendo todo lo que está fuera de su círculo de influencia. De esta manera reducen sus preocupaciones y realizan acciones para aumentar su círculo de influencia y poder resolver preocupaciones que a priori estaban fuera de su alcance. Avanzan paso a paso en el corto plazo para alcanzar grandes metas a largo plazo.
Las personas reactivas malgastan su tiempo preocupándose de cosas sobre las que no tienen ningún tipo de influencia.
Comprometerse y mantener los compromisos
En el centro mismo del círculo de influencia están los compromisos que adoptamos, con los demás y sobre todo con nosotros mismos, porque son más difíciles de mantener. Sea en nuestro entorno familiar o en el laboral, nuestro circulo de influencia incide de la misma forma.
Mediante este compromiso, forjamos nuestro carácter y lo dotamos de una integridad y constancia muy necesaria para logros futuros.
Por ejemplo, en la clínica dental, en el transcurso de nuestra carrera iremos proponiéndonos metas, y estableciendo objetivos para finalmente alcanzar dicha meta. Estos objetivos deberán tener un plazo determinado, y es importante mantener nuestro propio compromiso para finalmente alcanzar la meta; no solo a nivel profesional, sino también personal. Con la misma fuerza deberemos mantener los compromisos con la empresa, compañeros, colegas y pacientes. Sólo así seremos capaces de alcanzar Metas de gran calibre en las que muchas personas se vean involucradas de forma positiva y gradual, construyendo un ecosistema en el que prime la proactividad.
La otra punta del palo
Al tomar una decisión, estamos asumiendo las consecuencias que esta decisión conlleva. Una decisión y las consecuencias de dicha decisión son dos entes inseparables, y por tanto debemos tener en cuenta que están unidos irremediablemente. Un palo siempre tiene dos puntas, y si lo partimos y tiramos una parte, seguiremos teniendo un palo con dos puntas; una de ellas diferente, pero un palo con dos puntas igualmente.
Es muy importante responsabilizarse cuanto antes de las consecuencias de nuestras decisiones, y si nos equivocamos y sufrimos consecuencias inesperadas; asumiremos que nos hemos equivocado en nuestra decisión, aceptaremos las consecuencias de dicho error, aprenderemos de él y volveremos a empezar con los mismos objetivos o con otros nuevos. Ese es el arte de la proactividad: tomar decisiones de forma activa, anticipándonos a lo que creemos puede ocurrir, para recibir, en el peor de los casos, respuestas no deseadas que siempre supondrán un nuevo argumento para nuestra siguiente decisión libre, pensada y sopesada. Nadie nos quitará la libertad de elegir.